La importancia de tu frecuencia respiratoria nocturna

• El número de respiraciones que realizas por minuto (brpm) puede arrojar información crucial sobre tu salud y bienestar en general. 
• El ritmo de respiración normal medio durante el sueño varía según la edad y depende mucho de cada persona.
• Hacer un seguimiento y controlar las tendencias de tu frecuencia respiratoria a lo largo del tiempo puede ayudarte a detectar anomalías rápidamente. Con Oura esto es algo muy sencillo.

La frecuencia respiratoria o ritmo de respiración, es la cantidad de veces que respiras por minuto. Tu frecuencia respiratoria, tanto al despertar como mientras duermes, es una métrica muy importante y un indicador clave de tu salud. Una frecuencia respiratoria elevada o inusualmente baja suele significar que algo está poniendo a prueba tu sistema.

Es fundamental comprender bien qué factores influyen en tu frecuencia respiratoria, entre ellos el sueño. Cuando te duermes, tu respiración cambia de forma natural: tu metabolismo se ralentiza y necesita menos oxígeno.

Tu ritmo de respiración mientras duermes también varía según las fases del sueño. Durante la fase de sueño profundo, la frecuencia respiratoria baja al mínimo. En la fase de sueño REM, que se caracteriza por un aumento de la actividad cerebral y movimientos rápidos de los ojos, la frecuencia respiratoria aumenta y se vuelve más irregular.

Comprender mejor tu frecuencia respiratoria nocturna y estar pendiente de cómo varía puede alertarte de alternaciones en tu forma física, tu salud general o tu ciclo hormonal.

¿Qué se considera una frecuencia respiratoria (brpm) normal durante el sueño?

La frecuencia respiratoria media varía según la edad. Los niños pequeños tienen un ritmo de respiración más alto, que disminuye progresivamente a medida que crecen y llegan a la edad adulta. 

La frecuencia respiratoria nocturna típica de un adulto sano es de 12 a 20 respiraciones por minuto. Sin embargo, la frecuencia respiratoria depende de cada persona y puede variar con el tiempo. En lugar de comparar tu frecuencia respiratoria con la de otras personas, debes estar pendiente de cómo va cambiando. 

Llevar un registro de las tendencias de tu frecuencia respiratoria a lo largo del tiempo te permitirá detectar anomalías. Por lo general, las variaciones en tu frecuencia respiratoria media son bastante pequeñas (en torno a 1-2 respiraciones por minuto). Si las variaciones superan estos valores, esto puede indicar una frecuencia respiratoria anormalmente alta (taquipnea) o anormalmente baja (bradipnea).

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¿Qué puede provocar un ritmo de respiración anormal durante el sueño?

La taquipnea es una respiración rápida superior a 20 respiraciones por minuto. Estos son los factores que pueden provocarla:

• Esfuerzo: el ejercicio o cualquier otra actividad física puede provocar un aumento de la frecuencia respiratoria.
• Ansiedad y estrés: los patrones de respiración rápida e irregular están asociados con un aumento de la ansiedad y del estrés.
• Dolor: el dolor intenso a menudo provoca una respiración débil (ya que la respiración profunda puede agravar el dolor), además de tensión muscular y ansiedad. Todo ello puede hacer que respiremos aceleradamente. 
• Fiebre: la fiebre aumenta la frecuencia respiratoria porque, para poder regular nuestra temperatura corporal y favorecer el incremento de la actividad metabólica, necesitamos más oxígeno.
• Enfermedad pulmonar: la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), el asma, la bronquitis crónica, el cáncer de pulmón, la neumonía y otras afecciones pulmonares suelen dificultar la respiración y, por tanto, provocar un ritmo de respiración alto durante el sueño.
• Enfermedad cardíaca: las afecciones cardíacas, como la insuficiencia cardíaca congestiva y la arritmia, pueden afectar a la frecuencia respiratoria y provocar taquipnea durante el sueño.
• Afecciones metabólicas: los trastornos metabólicos, como la cetoacidosis diabética, una complicación de la diabetes causada por una producción insuficiente de insulina y un exceso de ácidos en la sangre (cetonas), pueden provocar una respiración acelerada y una frecuencia respiratoria alta.
• Medicación: ciertos medicamentos, como los corticosteroides y los broncodilatadores, se asocian con un aumento del ritmo de respiración durante el sueño.

Algunos síntomas comunes de la taquipnea son un dolor agudo en el pecho al inhalar, dificultad para respirar, mareos, confusión y presión en el pecho que empeora con el tiempo. Por otro lado, se considera bradipnea una frecuencia respiratoria inferior a 12 respiraciones por minuto. Puede deberse a:

• Apnea del sueño: la apnea del sueño obstructiva, un trastorno en el que la respiración se detiene y se reanuda de manera repetida durante el sueño, puede provocar un ritmo de respiración bajo, así como otros problemas de salud (como ronquidos, fatiga, somnolencia diurna e hipertensión).
  

  Consejo para nuestros miembros: con la función Medición del oxígeno en sangre (SpO2), los miembros de Oura pueden conocer la eficiencia con la que su cuerpo distribuye y absorbe oxígeno. Es decir, pueden detectar posibles trastornos respiratorios que se produzcan mientras duermen. Si tus niveles de oxígeno son inferiores al 95 %, se recomienda acudir al médico.

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• Consumo de alcohol: el alcohol puede disminuir la frecuencia respiratoria, sobre todo si se consume en grandes cantidades.
• Estrés y ansiedad: el estrés y la ansiedad prolongados pueden provocar una frecuencia respiratoria anormalmente baja. 
• Afecciones o enfermedades: los trastornos metabólicos, como el hipertiroidismo pueden afectar a tu metabolismo y a tu capacidad respiratoria. Igualmente, los trastornos cardíacos y las lesiones cefálicas pueden provocar una respiración anormalmente lenta.
• Medicación: los opioides y los sedantes son algunos de los medicamentos que pueden disminuir la frecuencia respiratoria.
• Cambios hormonales: las hormonas pueden provocar variaciones en la frecuencia respiratoria, sobre todo en las mujeres. Esto se debe a que las tendencias de la frecuencia respiratoria son paralelas a los ciclos menstruales. La respiración es más lenta al principio del ciclo menstrual (fase folicular) y se acelera hacia el final del ciclo (fase lútea). 

Algunos síntomas habituales de la bradipnea son fatiga, debilidad, mareos, dificultad para respirar, confusión y dolor en el pecho. Si te preocupa tu ritmo de respiración, es importante que lo hables con tu médico. Te podrá ayudar a identificar la causa subyacente y te indicará un tratamiento para mejorar la calidad de tu sueño y tu salud en general.

¿Cómo puedes reducir tu frecuencia respiratoria nocturna?

Además de consultar a un médico y tratar las causas subyacentes de una respiración anormal, puedes seguir estos consejos para intentar mejorar tu frecuencia respiratoria:

• Mantente en un peso saludable. El exceso de peso puede ejercer presión sobre las vías respiratorias y dificultar la respiración.
• Evita fumar y respirar el humo del tabaco. Fumar irrita las vías respiratorias y puede dificultar la respiración.
• Evita el alcohol antes de ir a dormir. El alcohol puede relajar las vías respiratorias y los músculos de la garganta, lo que provoca problemas respiratorios durante el sueño.
  

  Consejo para nuestros miembros: para comprobar cómo el consumo de alcohol antes de dormir afecta a la calidad del sueño, los miembros de Oura pueden utilizar las etiquetas. Con ellas y el gráfico Tendencias, podrán visualizar los efectos de consumir alcohol antes de dormir.

• Crea una rutina de sueño relajante para la hora de dormir. Una rutina de sueño relajante para la hora de dormir puede ayudarte a desconectar y prepararte para conciliar el sueño. Por ejemplo, la meditación y escuchar sonidos para dormir puede reducir el estrés y la ansiedad, y ayudarte a tener un ritmo de respiración más estable durante el sueño.
  

  Consejo para nuestros miembros: en la pantalla Contenidos de la aplicación Oura, los miembros de Oura tienen acceso a meditaciones guiadas y a informes personalizados sobre cómo ha respondido su cuerpo a la meditación.

• Duerme en una habitación bien ventilada. Una habitación bien ventilada te garantiza una cantidad suficiente de oxígeno para respirar.
• Usa un humidificador. Un humidificador puede añadir humedad al aire, lo cual facilita la respiración y reduce la probabilidad de roncar.