Volver a empezar después del cáncer: cómo Oura acompañó a Jackson durante su recuperación 

A los 23 años, a Jackson J., un chef afincado en Australia, le diagnosticaron leucemia mieloide aguda (LMA), un tipo de cáncer de la sangre. 

Su periplo médico incluyó múltiples ciclos de quimioterapia durante varios meses y numerosas hospitalizaciones. Tras recibir un trasplante de células madre, el sistema inmunitario de Jackson quedó gravemente deteriorado y perdió mucho peso.

Durante su recuperación, la hermana de su prometida (una empleada de Oura en Finlandia) le regaló un Oura Ring para que supervisara su salud. 

“Ha sido increíblemente útil poder conocer en tiempo real el proceso de recuperación de mi cuerpo”, nos cuenta Jackson, que ahora tiene 25 años. “Antes de tener un Oura Ring, tenía que comprobar manualmente mi frecuencia cardíaca, mis niveles de oxígeno en sangre (SpO2) y mis tendencias de temperatura corporal a lo largo del día para saber qué tal iba. Es mucho más cómodo consultar los datos de Oura”. 

Actualmente, Jackson está técnicamente en remisión. “Pero la leucemia es muy traicionera, no es como extirpar un tumor”, señala. “En cierto modo, siento que estoy empezando desde cero. Pero estoy agradecido por todo lo que he avanzado, y Oura ha sido fundamental para ayudarme a seguir mi recuperación paso a paso”. 

Sigue leyendo para conocer la experiencia de Jackson. 

El papel de Oura en su proceso de recuperación 

Salud cardíaca

Cuando empecé a usar el Oura Ring, mi objetivo principal era controlar mi frecuencia cardíaca, ya que seguía siendo muy elevada después del tratamiento. Tenía taquicardias. Había veces que llegaba a 150 o 160 PPM y ni siquiera me daba cuenta. No tenía palpitaciones porque era muy rápida todo el tiempo.

Así que me vino muy bien tener una referencia de cómo iba respondiendo mi corazón durante el día. Si me levantaba y salía a dar un paseo, por ejemplo, podía ver que mi frecuencia cardíaca se aceleraba, pero luego se mantenía elevada en lugar de bajar como debería. Era evidente que mi cuerpo seguía haciendo un esfuerzo enorme solo para funcionar.

Durante mi recuperación, he podido comprobar que mi frecuencia cardíaca en reposo está bajando poco a poco. Ver esos cambios ha sido muy alentador y me ha ayudado a saber qué es lo que me funciona, ya sea hacer ejercicio, dormir o controlar mis niveles de estrés. Tener esos datos en tiempo real ha sido muy útil para comprender cómo responde mi cuerpo.

Sueño 

Mientras estuve en tratamiento y en el hospital, mi sueño se vio completamente alterado. Estaba tomando esteroides y mi cuerpo estaba estresado todo el tiempo. Después del tratamiento, me costó mucho recuperar un ritmo normal: me pasaba de once a doce horas en la cama, pero solo dormía cuatro o cinco. Mi sueño profundo era casi inexistente.

Me he esforzado mucho para mejorar mi higiene del sueño. He empezado a usar tiras nasales y cinta adhesiva para la boca para mejorar mi respiración por la noche. Por las tardes, utilizo gafas con filtro de luz azul para evitar que las pantallas me alteren el sueño. Hasta he cambiado las bombillas de mi mesilla de noche por otras de luz roja para crear un ambiente que favorezca más el sueño. Oura ha sido fantástico para llevar un seguimiento de todo esto y me motiva mucho ver cómo cambia mi puntuación del sueño y de la disposición cuando soy constante con estos hábitos.

Actividad 

Cuando comencé a usar Oura, todavía estaba bastante débil y frágil, así que la actividad física estaba en un segundo plano. Pero, cuando mi frecuencia cardíaca comenzó a bajar y fui capaz de tolerar más comida, empecé a entrenar para ganar fuerza.

Uno de los mayores desafíos después del tratamiento fue recuperar peso. Había adelgazado mucho: pasé de unos 80-90 kg a unos 40 kg. Durante mucho tiempo, mi único objetivo era comer todo lo que pudiera para recuperar peso. Cuando alcancé un peso estable, me centré en recuperar músculo y fuerza.

Al principio, dar un paseo con mi golden retriever hasta el final de la calle ya era todo un reto. Levantarme de la cama por la mañana y sentarme derecho en el sofá ya era mucho. Conforme iba pasando el tiempo, era capaz de un poco más.

Ahora hago ejercicio entre cuatro y cinco veces por semana. Hago entrenamiento de resistencia, running y pilates. Nunca había hecho pilates antes de mi enfermedad, pero me ha ido muy bien para recuperarme.

Funciones favoritas de Oura

He estado usando las meditaciones y los ejercicios de respiración mucho más de lo que pensaba. Practico mindfulness fuera de Oura, pero las meditaciones guiadas de la aplicación son un recurso fantástico, sobre todo durante el día, cuando necesito recargar las pilas rápidamente.

También me encantan las funciones de seguimiento del estrés de Oura. Hasta que empecé a consultar mis datos de Oura, no me daba cuenta de cómo me afectaban cosas pequeñas y cotidianas, como ir al supermercado sin una lista o tener una fecha de entrega cerca. Ver esos patrones y usar las herramientas de la aplicación ha sido una revelación y me ha ayudado a gestionar todas estas dificultades.

El siguiente capítulo de su historia 

Ahora estoy mucho mejor. Técnicamente, estoy en remisión, pero la leucemia es muy traicionera, no es como extirpar un tumor. Tuve que eliminar todas las células cancerosas de mi organismo para poder recibir el trasplante de células madre y ahora tengo un sistema inmunitario completamente nuevo. Así que, en cierto modo, siento que estoy empezando desde cero. Pero estoy agradecido por todo lo que he avanzado y Oura ha sido fundamental para ayudarme a seguir mi recuperación paso a paso.

El año pasado me centré en recuperarme: primero gané peso y luego recuperé masa muscular y fuerza. Por fin estoy en un punto en el que puedo centrarme en mi salud a largo plazo, no solo en la recuperación, y esto supone un hito muy importante para mí.

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